Ya sabes que soy muy fan de tomar el sol por los beneficios que aporta a nuestro bienestar y salud, y no solo por la síntesis de vitamina D. También por otros efectos positivos que provienen de la energía infrarroja que reciben nuestras células al exponerse al sol. De estos beneficios te hablaré mas en detalle en otro post, pero hoy quiero contarte cómo recibir todos los beneficios del sol sin dañar tu piel en el intento.
Para ello hay que proteger la piel por fuera y por dentro… Y, como quizá ya sepas, el asunto de los protectores solares es complejo. Para resumir muy resumido: hay protectores químicos y físicos, y los químicos venden mejor porque no dejan sensación pegajosa o una capa blanquecina en la piel.
Uno de estos filtros químicos mas conocidos es la OXIBENZONA. Hay unos 67 estudios que indican los efectos negativos de este filtro químico para nuestra salud y la de los océanos… ¡pero, increíblemente, sigue siendo muy utilizado!
Los filtros físicos o minerales son los que no se consiguen extender demasiado bien, y dejan esa película blanquecina en la piel debido a que estos filtros no penetran en ella, sino que se quedan en la superficie. La combinación más usada es la de dióxido de cinc y titanio, que son de bajo riesgo alergénico y no alteran tus hormonas.
De todas formas, hay que tener en cuenta que cada persona tiene una necesidades diferentes según su tipo de piel. Por ejemplo, el protector solar que yo utilizo para la cara es el mismo durante todo el año: es de la marca Alga Maris SPF 30, (Laboratoires de Biarritz), y aporta un toque de color beige. El resto del cuerpo me protejo con sombrilla, sombrero, gafas grandes de sol y ropa de manga larga holgada, de color oscuro, normalmente de algodón o lino.
Además de la protección externa, debemos proteger la piel desde dentro… ¿Cómo? Con una dieta arcoíris, muy abundante en alimentos vegetales, ¡recuerda que el plato Beewellness contiene un 70% de alimentos de origen vegetal!
Los pigmentos de colores aportan fotoprotección porque pueden absorber radiación ultravioleta. Además de los pigmentos de colores, aportan vitamina C y E y los famosos polifenoles… ¡seguro que te suenan, ya que no es la primera vez que hablamos de ellos! Previenen el daño oxidativo causado por el sol en las proteínas colágeno y elastina, y en el ADN de las células de la piel (es decir, protegen del cáncer de piel).
Hay que decir que la inmensa mayoría de los estudios que muestran los beneficios de estos nutrientes usan altas dosis en forma de suplementos. Los estudios que evalúan los efectos antioxidantes de la dieta son muy difíciles de diseñar y de evaluar, y es por eso que hay tan pocos… pero hay algunos que muestran resultados prometedores.
Por ejemplo, este estudio que ha revisado la evidencia de estudios en humanos del consumo de antioxidantes para la prevención del cáncer de piel. Este estudio concluye que la mejor prevención proviene del consumo de alimentos en vez de suplementos, debido al efecto sinérgico de todos los nutrientes y fitonutrientes. La mayoría de los estudios se hacen con una duración de al menos 3 meses… es decir, que estos beneficios se obtienen del consumo habitual, y no puntual, de verduras y frutas de colores.
Entonces… según estos estudios, ¿cuáles son los nutrientes que ofrecen más fotoprotección?
1. Los pigmentos más estudiados son los carotenoides y especialmente el betacaroteno y el licopeno, que son los que están más presentes en la piel. Ofrecen una gran protección porque son capaces de absorber rayos UV, y además tienen propiedades antioxidantes que atenúan la inflamación y las rojeces producidas por el sol. Por otra parte, tienen la capacidad de producir ácido retinoico (provitamina A) para regenerar la piel.
Es siempre más interesante consumir la planta que el suplemento, pues al comer al alimento en su estado natural te estás beneficiando de las sinergias de todos los nutrientes y fitonutientes presentes, que se potencian unos a otros.
2. Fitonutrientes como los polifenoles, de los que hemos hablado en otras ocasiones y presentes en alimentos como el cacao. Este estudio nos dice que el consumo diario de 20 g de chocolate rico en flavonoles durante 3 meses redujo el riesgo de quemaduras solares en comparación con el grupo que tomó chocolate bajo en flavonoles.
El consumo de té verde, rico en polifenoles llamados catequinas, muestra también beneficios para la piel en términos de protección, elasticidad y estructura de la piel.
3. La vitamina C y la E son dos potentes antioxidantes con reconocidos efectos beneficiosos en la piel y su capacidad antioxidante se potencia si se consumen de manera conjunta. La vitamina C es soluble en agua, e imprescindible para la síntesis de colágeno. Por su parte, la vitamina E es soluble en grasa, y necesita de la presencia de la vitamina C para regenerarse de nuevo ante la presencia de rayos UV. Muchos de los alimentos ricos en carotenos y polifenoles contienen ademas vitamina C y E. ¡La naturaleza nos da todo en uno!
4. ¿Probióticos para el sol? ¡Parece ser que sí! Estudios recientes (en ratones) indican que la bacteria Bifidobacterium breve puede reducir el daño causado por el sol. Otros estudios indican que no solo el probiótico (el bichito) sino los prebióticos (las fibras que alimentan a nuestros bichitos) previenen las rojeces provocadas por la exposición solar.
Una vez más, muchos de los alimentos que mencionamos más abajo contienen estas fibras prebióticas… ¡un beneficio añadido de consumir dieta arcoíris!
Los beneficios de un dieta arcoíris para tu salud y bienestar va mas allá de la salud de tu piel pues estas alimentando a tu microbiota y apoyando sistema inmune… ¡una piel sana y bonita es reflejo de un sistema inmunitario equilibrado y en forma! Y es que la belleza externa es un reflejo de tu bienestar y salud interior.
¡Te cuento ahora cuáles son los alimentos que ofrecen mucho más que fotoprotección para la piel!
Alimentos de color amarillo, naranja, rojo y verde: ¡esconden altos niveles de carotenos! Zanahorias, la familia de las brássicas (¡sí, otra vez! ya las conoces: brócoli, rúcula…), las bayas de Goji, uvas tintas, hortalizas de hoja verde (espinaca, kale, acelgas, berzas, repollo verde, canónigos, berros…), naranja, granadas, romero, boniato, tomate y sandía.
Los carotenos se absorben mejor en presencia de grasa, por eso es interesante añadir semillas de girasol o aceite de oliva a tus smoothies, sopas frías o ensaladas. De esta manera aumentas el contenido de vitamina E y sacas todo el partido a los alimentos ricos en carotenos.
Otros imprescindibles para tu piel son el pepino, aguacate, cacao o chocolate negro con alto contenido de flavonoles, y té verde.
Aquí puedes ver de dónde he sacado esta lista.
El gazpacho clásico, el gazpacho de sandía (aquí te dejo la receta), la ensalada de sandía (aquí, la receta), o este smoothie de coco y cacao son algunas ideas para que incorpores a tus menús este tipo de alimentos.
Otra propuesta que quiero hacerte es esta bebida pro-aging, ¡toma nota!
– 200 ml de té verde
– ralladura y pulpa de 1 naranja o limón pequeño
– 10 arándanos o moras
– 6 fresas
¡Bátelo todo bien y bébetela fresquita!
- Combina protección externa e interna sea cual sea tu tipo de piel. Si tienes la piel más blanca o sensible mayor debería ser la protección.
- Usa protección externa en forma de protector solar con filtros físicos o minerales, que no tengan OXIBENZONAS.
- Haz uso de sombreros, gafas de sol y prendas de colores oscuros, holgadas y que cubran gran parte de tu piel.
- ¡Cómete tu protector solar! Pásate a una dieta arcoíris durante todo el año, no solo en verano. La mejor manera de cuidar y proteger tu piel es desde dentro.
- Una piel sana y bonita es reflejo de un sistema inmunitario equilibrado y en forma. La belleza de fuera es un reflejo de tu bienestar y salud interior.
¡Por cierto! este post es una actualización de otros dos que también puedes encontrar en el blog. Son estos: