¡Escribo este post en la cuenta atrás de mi viaje a Japón! Una experiencia que aprovecharé para contarte cómo preparo mi cuerpo y mi mente a la hora de viajar. Si quieres saber más sobre este viaje, no dejes de echar un ojo a mi Facebook y mi Instagram: ahí te mostraré el paso a paso de esta experiencia, que llevo deseando realizar toda la vida.
¡Estos días previos están llenos de emoción y anticipación por todas las sorpresas que me voy a encontrar! Nuevos platos que degustar, personas, lugares, animales, objetos… y por eso quiero estar lo más presente posible, tanto antes como durante el viaje. ¡Para no perderme nada de nada de la aventura que me espera!
Por esto es súper importante que esté en la mejor forma física y mental durante el largo viaje hasta que lleguemos a destino, y también una vez en Japón. Quiero evitar situaciones tóxicas en la medida de lo posible (plásticos, comidas procesadas, gluten o exceso de azúcares), y estar bien nutrida.
Debido a mi problema autoinmune (del que te hablo en la sección Sobre mí de esta web), tengo que prestar especial atención a mi circulación sanguínea. Por eso, para prevenir posibles trombos y molestias circulatorias derivadas de viajar durante muchas horas sin poder moverme a elevadas altitudes, una semana antes del viaje comenzaré a cuidarme. Además de las precauciones que ahora os comentaré, llevaré también dos inyecciones de heparina (anticoagulante) para los tramos de viaje más largos.
Lo primero que me gustaría decirte es que cuando viajamos en avión o tren o cualquier medio público nos estamos exponiendo a más toxinas de las que pensamos: las radiaciones de los escaners, la comida basura o productos ricos en gluten, azúcares o aditivos que pueden desestabilizar el sistema digestivo e inmunitario, el agua y otras bebidas que se sirven en plástico, o el aire viciado de aeropuertos y aviones donde estamos en contacto con otras personas que pueden llevar muchos virus con ellos. Una vez en destino, también viajaremos por el país y dormiremos en muchos sitios donde también podemos estar expuestos a nuevas toxinas y organismos.
Ahora que ya hemos tomado conciencia del tipo de ambiente en el que nos vamos a mover, paso a contarte algunos de mis trucos para evitar estos ambientes tóxicos y nutrir bien mi sistema circulatorio, digestivo e inmune durante mi viaje.
Hidrata bien el cuerpo. Lo primero y más importante cuando viajas es mantenerte bien hidratada para ayudar a la circulación, a la piel y a todas las células de nuestro cuerpo, especialmente el cerebro.
Además del correspondiente litro y medio de agua diario y del té verde de la mañana, yo he tomado licuados de verduras cada día. Mi favorito ahora es el verde con pepino, apio, menta, manzana y limón, ya que esos ingredientes son muy depurativos a la vez que nutritivos para la circulación. Durante esta semana previa al viaje, lo he ido alternando con el licuado rojo, de remolacha, frutos rojos y jengibre, que por su acción antiinflamatoria también es otra buena opción para la sangre y el hígado.
¿Te cuento mi truco para evitar limpiar la licuadora todos los días? ¡Prepáralos todos a la vez! Yo los hice el domingo y los congelé en botes individuales que he ido descongelando.
Aliméntate de forma ligera pero nutritiva. Elige comidas ricas en proteínas y grasas omega 3 que mantienen la sangre fluida, y muchas verduras ricas en fibras prebióticas para fortalecer la microbiota (y el sistema inmune desde dentro). Hay fibras como el psyllium, que se sabe que aumentan los niveles de S. Boulardii en un 22%, así que aprovecharé para hacer pan o crepes de trigo sarraceno (que te servirán además para llevar en el avión como tentempié) con 1 cuchara de psillium. Además, mejorará su consistencia ya que es aglutinante.
¿Más ejemplos de comidas recomendables? salteado de gambas o de pollo con setas.
Alarga el ayuno intermitente habitual. Yo he pasado de 12 a 14 horas sin comer, entre la cena y la comida del día siguiente. Así doy descanso a mi sistema digestivo y fortalezco mi sistema inmune
¡Haz ejercicio! Esta semana he dedicado más tiempo a hacer ejercicio. He aumentado de 2 a 3 las sesiones de CrossFit, y el resto de días me aseguro que los paseos con Alvin sean de al menos 10.000 pasos, ¡y cuesta arriba! Además, he hecho 15 minutos diarios de calistenia en casa. Así estaré en forma durante el viaje.
En los días previos al viaje, yo he empezado ya a fortalecer el sistema inmune y la microcirculación con estos dos suplementos:
El S. Boulardii es uno de los probióticos (levadura) con más estudios y eficacia contrastada en dos aspectos que me interesan mucho cuando viajo: prevenir las posibles infecciones digestivas (diarreas) y las de las vías respiratorias, asociadas con los cambios de ecosistema al movernos a otros lugares con microorganismos distintos a nuestro medio ambiente habitual. Es el mejor probiótico para fortalecer las defensas desde dentro, protegiendo la integridad de la mucosa intestinal. Suele llegar al órgano diana (colon) porque resiste la acción degradatoria del ácido intestinal, bilis y otras enzimas.
Es importante escoger un buen suplemento para garantizar la eficacia del probiótico.
Escogeré el de la marca Douglas porque es liofilzado y con una buena dosis por cápsula (3 billones de CFU). Tomaré 2 por día. Para mí es una de las de mayor calidad (aunque no es barata). Tiene que estar liofilizado para que llegue al colon y mantenga su actividad a temperatura ambiente. De esta manera, me aseguro que puedo llevarlo de viaje sin tener que estar refrigerado. En esta ocasión, empecé a tomarlo una la semana antes de irme y terminé una semana después del regreso a casa (unas 5 semanas). Aquí tienes más información sobre efectos y dosis.
¡Más suplementos! Psillyium: además de la cápsula probiótica, para alimentar mi población de bourladii y bifidobacteria (ver mas arriba) tomaré Kyolic forte (Vitae) cuyo ingrediente principal es el Allium Sativerum (más conocido como ajo). Esta planta, cuyo uso más reconocido es el culinario, ha sido utilizada de manera medicinal desde tiempos ancestrales, sobre todo en Asia.
Voy a probar este producto por primera vez a si que ya os contare pero lo he escogido por varias razones:
- 1. Efecto anticoagulante, vasodilatador y mejora de la circulación periférica que es mi inquietud principal cuando viajo largas distancias
- 2. Gran capacidad detoxificante (apoya función detox del hígado)
- 3. Bactericida, fungicida y vermífugo, es decir que me ayuda a prevenir infecciones de bacterias, virus o parásitos
Mi objetivo es tomar 2 comprimidos al día durante la semana previa al vuelo. Y de nuevo la semana antes de tomar el vuelo de regreso a Europa.
¿Quieres saber cuáles fueron mis trucos para viajar de forma limpia y nutrida, una vez salí de casa y me puse en ruta a Japón? ¡No te pierdas la segunda parte de este post!
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