Una vez que hemos preparado nuestra mente y nuestro cuerpo para el viaje, el objetivo durante el trayecto hacia el destino es evitar las toxinas a las que estamos expuestos en esos ambientes cerrados y mas tóxicos de lo que creemos, como los desplazamientos largos en avión. También hay que nutrir los órganos de detoxificación y, en mi caso particular, el sistema vascular e inmunitario.
A continuación te cuento algunos trucos para conseguir todo esto.
En mi viaje a Japón pedí menú vegetariano a bordo con la esperanza de comer verduras. Además me llevé, por lo que pudiera pasar, varias cositas que me gustan mucho y que sabía que me habrían sentir bien. ¡Confort food!
Anacardos al curry. ¡Me encanta esta receta de R. Katz! Puedes hacerlo con cualquier fruto seco o semillas, pero los anacardos son excelentes a la hora de mejorar la circulación y el funcionamiento del cerebro. ¡Justo lo que necesito mientras hago un largo vuelo!
Huevos duros. ¡son muy fáciles de preparar y de transportar, y aportan mucha energía en poco espacio!
Bizcocho o galletas sin gluten. Yo preparé este bizcocho de chocolate y remolacha unos días antes, y lo congelé. ¡Riquísimo y nutritivo!
¿Y qué hacer si tienes que elegir algo de comer en el aeropuerto? Si te ves en esta situación porque no te ha dado tiempo a traer algo de casa (estas cosan pasan, la vida es así), tranquila porque cada vez hay mas opciones saludables… aunque dependa del aeropuerto, y todo vaya a estar envasado en plástico. Te sugiero:
- bebidas sin cafeína como agua con limón o todo tipo de infusiones
- ensaladas con proteína como huevo, queso o jamón
- fruta entera con queso
- frutos secos, evita los salados
- yogur natural, sin sabores de frutas
Como ya mencioné en posts anteriores, estar bien hidratada es muy importante y más durante el vuelo. Para ello, en este viaje probé a llevarme un termo para rellenar con agua caliente después del control de seguridad. Me llevé bolsitas de té de ortiga (un gran depurativo que fortalece la sangre) y de jengibre y limón (antiinflamatorio), para beber durante el vuelo. ¡Si tienes suerte, incluso podrán rellenarte el termo durante el vuelo!
Por cierto: te sugiero que evites el alcohol durante el viaje. ¡Es un gran deshidratador! Estar hidratado a bordo es lo más importante.
Otra cosa que puedes hacer durante los vuelos largos, ya que tendrás mucho tiempo, es levantarte y dar paseítos por el avión (aunque a algunos de los demás pasajeros esto no les haga mucha gracia). Mientras viajas, sentada y descalza también se pueden practicar ejercicios (¡como estos!)… ¡o incluso hipopresivos!
Te contaba que para esta ocasión me llevé varias cositas para comer durante el trayecto, pero lo cierto es que quise aprovechar que era un viaje largo para darle un descanso a mi sistema digestivo. Así, se ahorra energía para que el sistema nervioso parasimpático esté al 100% y ayude a manejar bien el estrés del viaje… ¡ir sentada en un espacio reducido, en ambiente cerrado, y a gran altitud no es una situación muy relajada, que digamos!
La intención era comer de manera ligera pero nutritiva durante las más de 24 horas que me llevó llegar a Tokio. En las stories destacadas de mi cuenta de Instagram podrás ver vídeos e imágenes de ese momento.
Aunque hay algunos suplementos que son más o menos universales, te cuento a continuación la selección que yo hice en base a mis necesidades personales. ¡Recuerda que cada persona es un mundo!
- El probiótico S. Boulardii, (como vimos en el post anterior) para cuidar el sistema inmune desde dentro y evitar diarreas.
- Ergyclean de Nutergia es otro imprescindible de mi botiquín de viaje. Me ayuda a mover el intestino, que es muy sensible a todos los cambios, al tiempo que ayuda a eliminar toxinas.
- Enzimas Ysihaygluten de Plameca: porque no podré controlar todos los ingredientes de las comidas. Estas enzimas me ayudan a digerir proteínas de gluten y también carbohidratos, como el arroz y legumbres, que seguro que comeré pero que no forman parte de mi alimentación habitual.
- Multinutriente Vivo de Terranova: es un producto sin ningún tipo de aditivos o excipientes, con multitud de hierbas verdes liofilizadas, para suplir posibles carencias nutricionales… ¡ya que no tenía ni idea de lo que iba a comer! Sabía que no me quejaría en Japón de la comida, pero como habría mucha experimentación, las comidas no serían siempre equilibradas.
- Melatonina: me llevo unas cuantas por si necesito regular el sueño, aunque espero que con los aceites esenciales que llevo sea suficiente.
En cuanto a los aceites esenciales, mi botiquín de viaje esta compuesto por aceite esencial de ravintsara y lavanda. Son fáciles de llevar y de usar en cualquier momento.
- El aceite esencial de ravintsara es el aceite anti-viral por excelencia. Es mi escudo protector contra todos los microorganimos patógenos que me encuentre en el viaje. Fortalece además mi sistema inmunitario y es un gran revitalizante en momentos de cansancio o insomnio.
- por supuesto el aceite esencial de lavanda, me sirve para todo lo demás. Calmante, anti estrés, ayuda a dormir, cura quemaduras y picaduras y complementa a Ravintasara por ese bactericida y antimicótico.
Mis marcas preferidas son Pranarom o Terpenic. Son aceites de la máxima calidad que puedes tomar también por vía interna (diluidos en aceite de oliva o miel).
Recuerda que si quieres saber cómo fue el día a día de mi viaje a Japón, puedes ver las publicaciones y stories destacadas que fui publicando en el Instagram de Beewellness.
¡Y, por supuesto, si tienes algún tip para viajar que te resulte útil, no dudes en compartirlo con nosotros en los comentarios!