Creo firmemente que la vida nos trae justo lo que necesitamos en el momento que lo necesitamos. En mi caso fue así con Marta. Estaba pasando un momento emocional duro, de los que nos ponen a prueba. Empecé a tener molestias digestivas importantes con dolor intestinal. Mi cuerpo siempre ha funcionado muy bien, le estoy muy agradecida y, en esos momentos, también estaba funcionando bien: me estaba informando de que «había algo que no podía digerir». Ya estaba haciendo mi trabajo a nivel emocional y psicológico, pero no a nivel nutricional, algo tan importante y tan relacionado con las emociones y el cerebro. Llegué a Marta gracias a mi amiga Eva, que ya la conoce y me había hablado muchas veces de ella, siempre muy bien, explicando lo bien que se encuentra desde que se puso en sus manos. Eva me dijo que empezaba un programa DETOX de Beewellness en unos días; no me dio ni tiempo a ir a la charla de presentación. Pensé que eso era precisamente lo que necesitaba: una desintoxicación. Y así fue, en todos los niveles, incluso a nivel emocional. Estaba motivada porque noté los resultados desde la primera semana: ya no tenía dolor y desapareció la hinchazón. Con el paso de los días iba adquiriendo mejor tono vital y más energía. Por otra parte, ha mejorado mucho mi relación con la cocina, disfruto de comprar alimentos saludables, de cocinar rico y sano, de adentrarme poco a poco en lo ecológico, sin estrés. Se trata de un cambio tranquilo, KAIZEN, ajustado a mi vida y disfrutando cada nueva pequeña cosa que incorporo en este camino de desintoxicación.