Explosión de sabor y color en esta ensalada exótica aunque con productos estacionales de la huerta Mediterránea. Un primer plato ideal para favorecer la digestión debido a su sabor amargo combinado con los cítricos que estimula todos tus jugos gástricos.
El radicchio es habitual en la cocina italiana, pero todavía es un gran desconocido en nuestras mesas. El radicchio tiene el aspecto de una col lombarda pero es una hoja amarga de la familia de la endivia belga. Tiene un ligero sabor amargo el cual ayuda a que nuestra digestión sea mejor, sobre todo de las grasas. Se recomienda por eso tomarla de primer plato. Aporta además mucho ácido fólico (por eso mejor consumirlo crudo). ¡Tiene un alto contenido en agua y es muy saciante!
Para 2 personas
- 2 puñados (100 g de rúcula) – lavada y bien escurrida
- Medio radicchio cortado en juliana fina
- 1-2 clementinas – sin piel y en gajos pequeños
Para el aliño
- Sal marina sin refinar
- Pimienta fresca (recién molida)
- 1 c. sopera de vinagre balsámico (sin azúcar)
- 3 c. soperas de aceite oliva virgen extra
- Opcional: nueces o piñones tostados
1. En una ensaladera poner la rúcula y el radiccio (picado en juliana) y los gajos de clementina. Mezclar bien
2. Aliñar con aceite de oliva y balsámico
3. Meclar todo cuidadosamente
4. Antes de servir añadir las nueces o los piñones tostados
5. ¡Comer enseguida!
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